Educación para la nueva humanidad

Origen del Universo: Expansión (4)

Nov 13, 2024

Los Pleyadianos continúan contando la Historia (resumida) de la Creación del Universo.
Eres parte de esta Expansión, eres Expansión. Recuerdate en Ella.

... Y luego del gran choque entre las chispas se produce la expansión. Una gran ola de energía Omnipotente se presenta frente a la Nada circundante. Comienza la Creación. Comienza la Existencia del universo.

Una gran explosión que inunda a la Nada. Una gran expansión que en un instante crece a tamaños incalculables por la mente humana.
Una gran ola de energía cósmica se presenta. Un gran estallido ensordecedor se presenta ante los oídos del Todo. Y su sonido crea. Y el sonido crea.

En su sonido la onda expansiva se expande más y más. Y entre las ondas chocan y crean más ondas. Y más expansión. El dibujo del sonido en ondas se parece a una red, una matriz donde se interconectan por puntos. Y esos puntos crean más sonido. Y ese sonido sigue creciendo y provocando más ondas. Hasta crear el Verbo. Y el Verbo comienza a crear vida, y del sonido, sale la vida. Y de la vida, el Todo se manifiesta.

Una gran malla cuántica. Un tejido como el de una araña se expande sobre la Nada, formando al Todo. Un Todo contenido en sí mismo. Un Todo ensimismado, que a los ojos físicos nada se ve. Un gran agujero que absorbe todo lo que refracta. Un gran agujero negro que en su proyección la Luz se hace visible.
Una gran luz se expande por el cosmos. En un gran vacío cuántico, donde la ciencia y la física no existen, porque aún no ha sido inventada la simbología para explicar el vacío generado por crear a un Todo en la Nada.

Una Nada naciente. Una Nada que nace de sí misma. Una Nada que Todo lo Es, pero nada se puede ver. Una Nada que encapsula un silencio ensordecedor. Un silencio tan infinito que jamás se deja de oír.
Una expansión tal que se doblega a sí misma y sigue creciendo. Y ese crecer se doblega sobre sí y sigue creciendo. Un universo que sigue evolucionando. En cada crecimiento una evolución. En cada evolución eones de distancia. Cómo doblar un papel en sí mismo, y jamás dejar de hacerlo. Capas y capas se pliegan chocando cara con cara, y expandiéndose en sí mismas.
Una expansión que lleva al movimiento ondulatorio de la frecuencia. Un sonido frecuencial que vibra sobre sí mismo y se mueve. Se expande y se mueve. Un movimiento sutil infinito e incalculable.
In-calculable.

Un movimiento oscilante que vibra al expandirse y vibra en sí, como una danza cósmica que genera un vaivén, y un vaivén que genera luz. Una luz que proviene del choque entre las ondas. Ondas que provienen de un sonido. Un sonido que proviene de un choque. Un choque que proviene del caos de chispas alborotadas que flotaban en la Nada. Chispas que se desprenden de un Todo dormido y quieto. Un Todo que se absorbe a sí mismo. Sin proyección, sin reflejo, un Todo que proviene de un agujero. Un agujero que al no proyectarse ese ve negro. Todo se proyectó en sí, y negro quedó. Una absorción de la luz que en el no espacio-tiempo sin observador no se ve. Sin observador no existe nada. Nada existe sin observador. El agujero no se ve sin observador. Y el observador nace de la creación de la luz.

De la luz se crea la forma. Las proyecciones de luz refractan figuras. Geometría que en su unión nace la forma. Y de la forma nace la materia. Una materia creada por las infinitas uniones entre las geometrías de formas. La materia se ve por sí sola. La materia cree que es la que observa. La materia cree que es el fin. Pero la materia es la observada. Por un observador que todo lo ve. Que todo lo piensa. Que todo lo crea. Una materia que es el medio para manifestar la Creación del Todo, pero no es el fin. El fin es la Nada.
Y la Nada sin observador no existe.

Sin materia no hay existencia. Sin existencia no hay materia.
Una Nada reconociéndose a sí misma en cada pliegue. Mirándose en cada pliegue cara con cara. Reconociéndose para seguir creciendo. Para seguir expandiéndose. Una Nada que todo lo sostiene. Un Todo que no existe sin la Nada. Si la Nada no sostiene el Todo no existe.

Observar el despliegue de la Creación, es observar la Existencia como gira sobre sí misma para reconocer que existe. Sin pliegue no hay despliegue. Sin observador del despliegue no hay Creación. Sin Creación la fuerza que pliega no existe. Esa fuerza es el Amor. Un magnetismo tal, que provoca que el universo se doble en sí mismo para reconocerse y validar su existencia. Un observador de cómo el Amor dobla al Universo. Una energía que con su fuerza une. Une al universo en sí, que parece separado. Pero que UNO es.

Como una gran hoja de papel que se dobla a sí misma una y otra vez. Nunca se separó.
Nunca dejó de ser una sola hoja, pero la ilusión de las líneas del doblez hace creer que la separación existe.

El observador es quien dobla esa hoja y ve que todo es parte de lo mismo. Jamás se separó. La materia se “cree” que observa, la cual en referencia seria cada partícula que forma la hoja de papel, pero en sí, ella es la observada.
El observador es Dios. Dios observa cómo el universo se pliega y observa su despliegue.
Dios como el observador jugando al juego de doblar al universo en sí, para que el mismísimo universo se reconozca a sí mismo. Y ese Dios como origen de la Nada. Ese Dios como algo más allá de la Nada. Algo más allá del Todo que dormía. ¿Donde dormía el Todo? ¿Cuándo comenzó la Nada a proyectarse en sí? ¿Dónde se proyectó? Como pudo la Nada no existir y a la vez dar Creación a la Existencia.

La palabra que en la historia de la humanidad han encontrado como respuesta a estas preguntas es Dios. Como si llamáramos campo, piso, un lugar donde todo se crea. Para crear una casa, se necesita de un terreno vacío en el cual se despliega la construcción.
Así mismo para el universo ¿Sobre dónde se creó? ¿Sobre qué superficie?
Sobre Dios. Dios es la palabra que han elegido para definir a la energía tan poderosa e infinita más allá de la Existencia. Más allá del Todo.
Se dice que somos pensamientos de Dios. Que él es el Creador, porque la creación se manifestó sobre algo. Y ese algo es Dios. Es ese campo infinito omnipotente, porque con su fuerza crea realidades, crea universos. Omnipresente, porque está en todas partes, porque todo lo Es. Omnisciente, porque todo lo sabe, no hay nada que esté fuera de él.
¿Y Dios dónde está? ¿Quién lo creó a Él?
Dios se crea sobre sí mismo.
Lo observado cree que es el único en el universo. El ser humano cree que es el único en la inmensidad. Y por esto sufre…

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Texto extraído del Libro "Memorias del Universo" - Un Viaje hacia el Despertar del ADN Cósmico - Canalizado por Tatiana Romero a través de los Pleyadianos.